"SIN DERECHO AL PATALEO"
Por Lic.Hernan Kruse, especial para
*VIENTO DEL SUR
El gobierno de Cambiemos se juega el todo por el todo
en octubre próximo. De su capacidad para hacer creer a los argentinos que
“vamos por el camino correcto” a pesar de las “tormentas” que debimos soportar
en 2018, dependerá la reelección del presidente de la Nación. Porque
En las últimas horas Mauricio Macri dio una
demostración cabal de cinismo e hipocresía, porque eso es lo que se necesita
para engañar a una sociedad de por sí propensa a los relatos. Dijo que hoy
estamos mejor que en diciembre de 2015, que a pesar de lo que se sufrió el año
pasado el país saldrá adelante, que todos los obstáculos que debió sortear se
debieron a la pesada herencia. En ningún momento hubo el más mínimo atisbo de
autocrítica. El desastre económico que fue el 2018 se debió fundamentalmente a
un sistema económico internacional poco propicio para los mercados emergentes
como el argentino. Macri no tiene la culpa de nada, en definitiva. Lo peor de
todo es que casi un 35% del electorado le cree.
Sin embargo, el gobierno es consciente de que no puede
basar su campaña electoral en la economía. Lo único que falta es que el
presidente salga a decir que los tarifazos, la inflación y el desempleo son
beneficiosos para el pueblo. Se limitará a afirmar que fueron obstáculos
imprevistos que lo tomaron por sorpresa y que, a raíz de ello, hizo lo que pudo
para sortearlos. En consecuencia, el oficialismo hará hincapié en dos asuntos
que preocupan, y mucho, a la sociedad: la inseguridad y fundamentalmente la
corrupción.
El presidente avisó el año pasado cuál es su paradigma
en materia de seguridad. Al recibir con todos los honores en Casa de gobierno
al policía Chocobar dejó bien en claro qué es lo que piensa en esta materia.
Chocobar protagonizó un desgraciado hecho en la Boca el año pasado cuando persiguió a un
delincuente y cuando lo tuvo a su
alcance lo ejecutó por la espalda. Tanto el presidente como su ministra de
Seguridad dejaron bien en claro que cuando se produce un enfrentamiento entre
policías y delincuentes, los primeros siempre tienen razón. Esta postura es
harto peligrosa porque de ahí a hacer apología del gatillo fácil hay un paso.
Pero la “nave insignia” de la campaña electoral del
Cambiemos será, qué duda cabe, los ya famosos cuadernos de Centeno. Se trata,
como todo el mundo sabe, de unas fotocopias de unos cuadernos supuestamente
escritos por Centeno cuando era chofer de un importante funcionario cercano a
Julio De Vido. En esas fotocopias habría constancia de todos los empresarios
que habrían pagado coimas a funcionarios kirchneristas en los procesos de
adjudicación de la obra pública. Con esas fotocopias y el protagonismo de
conspicuos magistrados de Comodoro Py, el gobierno pretende hacer creer a la sociedad
que está encabezando una cruzada en aras de la salud moral de la república. Lo
increíble de todo esto es que Macri figura en los Panamá Papers como dueño de
varias empresas offshore ligadas a actividades al margen de la ley. Es como si
Alfonso Capone hubiera encabezado, en la Chicago de la década del veinte del siglo pasado,
una campaña para erradicar de la ciudad a la mafia.
Hasta ahora la estrategia está dando sus frutos. Ello
no significa que la reelección esté asegurada, pero lo cierto es que si los
números que indican las encuestas se mantienen hasta octubre, las chances de
victoria de Macri son muy altas. Después, si se confirma lo que muchos no
queremos que suceda, no habrá derecho al pataleo.
"Viento del Sur".
15/02/14
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