sábado, 5 de enero de 2019

A TRES AÑOS DE UN COLOSAL FRAUDE ELECTORAL


A TRES AÑOS DE UN COLOSAL FRAUDE ELECTORAL

Lic. Hernan Kruse*
Especial para Viento del Sur"

   Domingo 15 de noviembre de 2015. Escenario: el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la UBA. En este rincón, Daniel Scioli, candidato presidencial del oficialismo. En el otro, Mauricio Macri, candidato presidencial por Cambiemos. Por primera vez dos candidatos a la presidencia de la nación debatían ante la opinión pública. Todo fue muy calculado, planificado. Los contendientes se trataron con cierto respeto. Los periodistas que condujeron el debate estuvieron medidos. Nadie se salió del libreto. En definitiva, todo estuvo preparado para evitar que Macri tropezara a una semana del ballottage que lo depositaría en la Casa Rosada.


  Creo que Macri le ganó a Scioli por escasos puntos. Pero le ganó. Se lo vio más aplomado y seguro. Scioli, por el contrario, se mostró un tanto nervioso. Pero este debate pasará a la historia no porque fue el primero de esta índole sino por las mentiras que dijo el candidato de Cambiemos. Se trató de una colosal estafa electoral que quedó impune. En su participación diaria en C5N, Víctor Hugo recordó ayer, jueves 15, todas y cada una de las mentiras de Macri. Afirmó sin sonrojarse, por ejemplo, que su gobierno se basaría en el diálogo y el consenso, que respetaría a rajatabla la división de poderes, que el Poder Judicial gozará de absoluta autonomía, que promovería una política de desarrollo, que protegería el empleo de los argentinos, que daría prioridad a la educación y a la investigación científica, que protegería los productos nacionales y que no devaluaría la moneda. Un absorto Daniel Scioli le dijo de manera premonitoria que su gobierno caería inexorablemente en las garras del FMI, que elevaría la deuda externa a niveles colosales y que destruiría el trabajo. La respuesta de Macri fue una risa burlona. El grueso de los medios de comunicación dieron triunfador a su delfín, el ex presidente de Boca. Todo resultó una puesta en escena en la que Scioli jugó de visitante.


   Tal como se preveía Macri le ganó a Scioli. Pero la diferencia no fue la esperada por el establishment. Sin embargo, Macri actuó a partir de su asunción como si hubiera ganado por goleada. Una de sus primeras medidas fue imponer por decreto a los doctores Rosenkrantz y Rosatti como miembros de la Corte Suprema. ¿Y la independencia del Poder Judicial? Es cierto que luego ambos juristas ingresaron como correspondía pero el daño estaba hecho. En materia económica Macri no hizo otra cosa que aplicar un plan económico ortodoxo. Desreguló a más no poder, ajustó y ajustó, y devaluó la moneda. Mientras tanto, se endeudó a lo loco. En realidad, no se endeudó él sino que endeudó al país. Tan irracional fue el endeudamiento que su gobierno terminó suplicándole al FMI que lo ayude.

   Macri impuso la lógica de la timba financiera. Los capitales especulativos se hicieron un festín con la complicidad del propio presidente y del mejor equipo de los últimos 50 años. La fuga de divisas fue escandalosa, al igual que el ninguneo presidencial a los maestros, docentes e investigadores de la educación pública. Durante la campaña electoral, Macri había asegurado que la inflación era un problema de fácil resolución. En 2016 la inflación superó el 40%, en 2017 fue del veintipico por ciento y 2018 cerrará cercana al 50%. Una pinturita realmente.


  Todo lo que Macri prometió en el debate no lo cumplió en estos tres años de gobierno. Es más, hizo exactamente lo contrario. Nunca en la historia contemporánea de la Argentina, al menos desde Alfonsín a la fecha, un presidente le mintió al pueblo de manera tan descarada y obscena. Daniel Scioli, que no es santo de mi devoción, tuvo razón. En algún momento la historia se encargará de reivindicarlo en este sentido.

   Ayer, mientras Víctor Hugo nos hacía recordar las mentiras de Macri, sentí mucha vergüenza y algo de lástima por quienes creyeron sinceramente en él. Porque Macri cosechó muchos votos en los sectores populares, tradicionalmente propensos a votar al peronismo. Esos sectores le creyeron, confiaron en sus promesas. Y Macri los estafó. Les tomó el pelo. Se burló de ellos. No me gustaría estar hoy en la piel de alguien que lo votó esperanzado y con entusiasmo. Hoy se debe sentir un pobre diablo.

  Desde que está en la Rosada Macri no hace más que reírse de todos nosotros. Cada vez que puede nos hace sentir su desprecio de clase. Por más que lo intente disimular con timbreos y otras yerbas, no puede evitarlo: él conduce un gobierno oligárquico y está en su naturaleza el sentir aversión por los sectores sociales que considera inferiores. Lo increíble de esto es que todavía hay quienes, dentro de esos sectores, le siguen creyendo.

Viento del Sur
05.01.19
13.02 hs





















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