Macri,
9 de julio, "solo, aislado del
pueblo y protegido por mil vallas".
*Prof. Marcelo Kinsfater para VIENTO DEL SUR
Un 9 de julio, hace doscientos dos años, en 1816 , en Tucumán
un grupo de congresales que representaban el cincuenta por ciento del entonces
Virreinato del Río de la Plata firmaron un acta que nos declaraba
independientes del “Rey de España, descendientes y metrópoli” y diez días más tarde se agregó en sesión secreta
“ y de toda otra dominación extranjera”, al parecer el espíritu patriótico e independentista
de Artigas, la presión de San Martin desde Cuyo hizo ver a ese grupo de
Congresales vinculados al centralismo porteño que no aceptarían ningún tipo de
protectorado, sea francés, portugués o británico.
Hace dos años, en 2016, nuestro
Presidente parecía pedirle perdón al Rey de España por haber firmado ese acta y
hablaba de la “angustia” que habrían sentido los Congresales al estampar su rúbrica y asumir tamaña
responsabilidad, resulta inédito, impensable , y hasta ridículo que un país que
festeja el bicentenario de la declaración de su independencia tenga un Presidente que pide perdón
por habernos transformado en una nación que buscaba la independencia, con los
años fuimos confirmando que ese pedido de perdón no era ni más ni menos
que un mensaje subliminal hacia todos
nosotros, el Presidente Macri estaba dando a entender que no dudaría en
entregar todo lo que fuese necesario para volver al lugar de donde ,según
entiende , jamás deberíamos habernos
ido, es decir del mundo, que significa no abandonar nuestro estatus colonial
Hoy, a doscientos dos años de la firma de ese acta y a dos del
pedido de “perdón” al Monarca Español y del “querido rey” hemos visto nuevamente a un
Presidente, solo, aislado del pueblo, protegido por mil vallas, esgrimiendo
frases inconexas, propias de un libro de auto ayuda y que de “construir la felicidad
del pueblo y la grandeza de la nación”, nada que ver.
Macri presidio un desfile militar
paupérrimo, que ofende hasta las mismísimas Fuerzas Armadas, evito el Tedeum
para no recibir un nuevo “reto” o como muestra de desprecio por haber osado
mostrarle la realidad el 25 de mayo.
Su rostro denota cansancio y un deterioro inusitado para quien con palabras,
gestos y apariencia debe fortalecer la fe del pueblo que gobierna.
Ni rostro,
ni palabras, ni Patria, ni independencia solo el “pasar y transcurrir”, que
como decía la gran Eladia Blázquez, no es “honrar la vida”, es hundirla y hundirnos en un fango colonial
al que nos negamos a volver.
09/07/18
VDS
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